sábado, 15 de enero de 2011

Un pequeño gran viaje. Parte V: Londres y Dublín

Londres

La llegada a Londres no fue dificil, esperaba que me costara un poco más dado que los aeropuertos están lejos y que no tenía un mapa de la ciudad como para encontrar el hostel, aunque una vaga idea de su ubicación tenía. Me bajé del avión en Standford y de ahi derecho al bus que me llevaba a la estación Victoria, el boleto lo había comprado ya en Pisa antes de salir. Ya en Victoria busqué el subte, el UNDERGROUND o "the tube", compré un mapa (era tarde y la oficina de turismo estaba cerrada como para buscar uno gratis), y ahi me di cuenta lo amables que son los ingleses. Ni bien me bajé del avión pregunté a una persona de seguridad, y muy atentamente me indicó por donde ir y qué tenía que hacer para llegar hasta el centro de la ciudad, luego un policía en la estación de subtes, y finalmente este vendedor del negocio, todos bien predispuestos a ayudarte. Hablé con gente que me ha dicho exactamente lo contrario, particularmente un pibe de Australia que encontré en un hostel un par de dias despues, que me hablaba de lo chotos que son los ingleses. O tuvo mala suerte, o la gente de Australia es la gente mas linda del mundo :D. La cosa es que ya mapa en mano me metí a un subte y cuando estaba a punto de comprar el boleto, mientras adivinaba qué boton apretar en la máquina expendedora y qué tarifa era la que me convenía, aparece al lado mio una chica que me sonríe mientras me alcanza un papelito. Me dice "yo ya no lo voy a necesitar, y pensé que alguien mas podía usarlo" y ante mi cara de signo de pregunta, me aclara "es un ticket para todo el dia...". BUENIIIIIISIMO, no lo podia creer. Me metí en el tren y salí en la estación South Kensigton. El ticket a mi ya no me iba a servir más dado que le quedaba media hora de vida (eran las 23:30) y yo no pensaba en otra cosa que llegar al hostel y dormir, asique me pareció buen karma devolver el favor. Me acerqué a las boleterías y le alcanzé el boleto a una chica, diciéndole exactamente lo que me habían dicho a mi, y se ve que tambien era extranjera porque puso la misma cara de "?" que yo, sólo que ella además lloraba, andá a saber porqué. Le aclaré lo que era, y que todavía podía usarlo, y le robé una sonrisa a esa cara triste.

Salí a la calle y el hostel estaba a escasas 2 cuadras, lo encontré relativamente fácil. Al entrar, era un indú el que atendía, como en muchos otros comercios, tal como me iba a dar cuenta después. En el anuncio el hostel prometía wifi, desayuno y habitacion para 6, pero el precio sugería otra cosa. Y como en este mundo el precio manda, me encontré esa noche durmiendo en un sótano, entre 10 personas en una habitacion que era al menos para la mitad, en una cama doble con alguien que no conocía, sin internet y con un desayuno a la mañana siguiente que no era mas que pan con manteca. Solo fueron dos noches, las siguientes dos en un hostel como tienen q ser todos, con gente copada, con un bar en la recepcion y cerca del centro.

No hay demasiado que decir de esos dias, solo que mucho frio, que Guiness, que fotos, que Big Ben, que Tower Bridge, y me viene a la mente la chica alemana que conocí esa primera mañana que salí a recorrer, y cuyo nombre por supuesto se me escapa, como siempre. Pero la conocí en "The Monument", eramos los únicos dos esperando a las 9am. que abra esa puta torre que conmemoraba el incendio de Londres de 1666. No era demasiada la belleza de subir por ahí, ni la vista de la ciudad desde esa altura, rodeado de edificios, pero tampoco era alto el precio, 3 libras y hasta un diploma te daban por subir los 311 escalones! Y debo decir que sólo subí porque ella iba a subir, que sino lo miraba de afuera, fotito y a otra cosa. Pero ella ya conocía la ciudad, había vivido ahí hacía un tiempo, y me mostró un par de lugares más, entre ellos el Tower Bridge, el cual me la trajo a la memoria, si mal no recuerdo.


Segundo y tercer dia tambien de recorrido, Eye of London, Buckingham Palace, Abbey Road, los parques, y el frío! Todavía hacía frío!! Las lagunas y las fuentes estaban congeladas aunque no había nevado aún. Una cosa que me llamó la atención, fue uno de esos momentos especiales, porque la verdad uno va paveando el 99% de su vida, mirando, silbando bajito y sacando fotos cuando puede, y quiere, pero hay breves lapsos de lucidez en donde uno se da cuenta de que algo pasa. Uno de esos momentos fue en una feria navideña en Hyde Park, donde iba yo, como dije, inmiscuido en la vanalidad y mediocridad de mi vida diaria cuando escuché una cancion navideña y eso detonó una reacción. Miré alrededor, la gente hablaba en inglés, vestía ropas de invierno y decoraba las tiendas con renos, madera, trineos, pinos, y todo tenía sentido! La canción navideña que sonaba decía "it´s the most wonderul time of the year" y todo eso sumado, en un segundo, me dio una suma igual a "no flaco, no es una película, estás en Londres". No es que sea el momento más esperado de la vida, no era un anhelo, pero resulta en satisfacción estar en contacto directo con otra cultura, con otra cosa, para aprender de lo propio y de lo ajeno, y para que no te cuenten el cuento. Mención especial para el Museo Británico, son INCREIBLES las cosas que tienen ahí, medio egipto y toda la cultura del mundo que estos piratas se pudieron robar. Hasta la piedra Roseta tienen ahi, fue una suerte poder visitarlo. Londres quedó atrás al dia siguiente.

Dublin

Dublin fue un destino elejido por el destino, y no por mí. Resulta que la empresa aerea con la que viajaba no volaba desde Londres hacia ningun destino en alemania, pero sí lo hacía desde Dublin. Y además, en Dublin reside un amigo de argentina, Mauro, con quien hablé y me dio el visto bueno para mostrarme la ciudad. Asique todo cerraba, iba a dedicarle un dia a los Irish Pubs.

Llegué y bus al centro. Había nevado bastante, la mayor nevada en los últimos 60 años me comentaron. Mauro me dijo que lo encuentre a las 14 hs. en la estatua de Molly Malone, una prostituta a la que le han hecho un monumento, lo cual al principio suena raro, pero cuando recorrés esas calles te das cuenta de que tienen muchos monumentos, estatuas, placas, recordatorios y arte en general. En el camino a Molly, lo encontré a Mauro. Hacía al menos 4 años que no lo veía, pero estaba igual el hij* de p*ta. Asique luego de pedir fisch and chips, hicimos una breve recorrida por la ciudad: fuimos por la catedral, por un museo de la ciudad, y por la zona de Temple, donde estan los bares. Bueno, los bares estan por todos lados. Lo cierto es que Dublin es una ciudad mas bien chica, sin demasiado para ofrecer, pero hay que ser justo y darle algo de crédito, y entender su incómoda posición temporal en mi viaje: venía de visitar Roma y Londres.

Al fin, terminamos visitando un par de bares y disfrutando de la Guiness original. Unos brindis y luego cada cual a su lado, Mauro a su casa, yo a mi hostel, al cual tengo que dedicarle al menos una oración por merecido, porque el laberinto de escaleras y pasillos que formaban ese edificio era digno de una obra de Escher. El servicio era bueno y el desayuno a tiempo.

Adiós Roma, adiós Florencia, adiós Pisa, Londres, y adiós Dublin. Me vuelvo a.... casa? No, me vuelvo a Alemania. Fue lindo conocerlas, después manden las fotos.

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